Se trata de un montaje lleno de signos reconocibles para los que siguen la trayectoria de los 'Yuyas', pero que también sorprenderá al nuevo espectador por las sensaciones que su lenguaje teatral sabrá provocarle.
La mejor manera de conmemorar el valor de las vidas y las obras consiste en no darlas por concluídas.
Por eso, en El último ensayo, la víspera es emblemática y la agonía -en su acepción de lucha- aparece como la forma mas plena y creativa de la existencia. Ese es el ánimo y la convicción de Yuyachkani.